domingo, 29 de septiembre de 2013

Sobre el Odio y la Venganza pobre

Hay gente, quizá más de la que a simple vista imaginamos, que no es capaz de levantarse ante las adversidades. Y como consecuencia no aceptan las situaciones en las que la vida diaria les pone. Bien en el plano profesional o en el más privado. Cuando las cosas no salen como uno desea, o bien cuando no has sido capaz de ver lo que todos veían a tu alrededor, pasa lo que pasa. El desengaño y la realidad empañan tu vida, y un sentimiento de rabia y venganza por no haberlo visto venir te inunda como una ola gigante, como un tsunami que deja todo barrido por donde pasa....

El deseo de rebelarse ante las situaciones incómodas se junta con el de la venganza por no controlar una situación que te duele e hiere como puñal afilado clavado en tus entrañas. Todo lo que sientes en ese momento es deseo de no creer la realidad, de buscar culpables por todo lo que te pasa y no aceptar que quizá tienes algo de responsabilidad en lo que te sucede.

Al no aceptar los hechos y sus causas, nos sentimos frustrados y como no queremos aceptar la situación, nuestro cerebro se ceba en buscar responsabilidades fuera de nosotros mismos. Y después viene el deseo de venganza, contra lo que sea y contra quien sea. No somos capaces de asumir un fracaso y nos queremos resarcir a toda costa y contra cualquiera. Aunque sea a base de venganzas pobres y ridículas que lo único que demuestran es nuestro bajo nivel personal y nuestro alto grado de egoísmo y revancha.

Pienso que no es la mejor actitud de enfrentarse a situaciones contradictorias, ya que no creo que nadie, medianamente equilibrado en su juicio, pueda sentirme gratificación alguna ni sentirse feliz haciendo daño gratuitamente a los demás. Actuando así no se consigue ni mayor felicidad ni paz interior ya que en lo más profundo de nuestro ser siempre habrá una voz que nos recuerde que esas no son maneras de actuar.

La venganza por venganza, o por hacer que alguien no sea feliz sin recibir nada a cambio no lleva a ninguna parte... O a lo mejor sí.... A la más absoluta depresión y desprecio por nosotros mismos, animales sin sentido que sólo reaccionan por instinto..... La mente deja de funcionar y los más bajos sentimientos hacen su aparición en nosotros. Lo peor de todo es no tener un momento de lucidez para pararse a pensar en lo que hacemos y lo que nos motiva. La gente que conozco y actúa de acuerdo a este patrón me da lástima. Mucha lástima. Porque no son felices y necesitan buscar un culpable de su situación. Lástima porque siempre serán unos amargados que no intentan recuperarse de las situaciones contradictorias. Lástima porque piensan que son más felices haciendo que los demás no lo sean. Osea, ni comen ni dejan comer.

Pero no importa. La vida pone siempre en su sitio a cada cual, y en algún momento algo sucederá inesperadamente que nos haga reaccionar y hacernos ver que nuestro comportamiento no es racional y equilibrado.

Lo que me preocupa de este tipo de personas es que a lo peor, cuando quieran darse cuenta de sus hechos sea tarde y no tengan ni siquiera la oportunidad de poder decir "Perdona, lo siento. No he actuado bien contigo". Eso será más frustrante y  lastrará el resto de sus vidas.... Ojalá no suceda así...pero nadie lo puede asegurar.