Y es que no puede ser de otra forma. El Cielo debe estar escaso de Almas buenas. Y de nuestra vida se ha llevado 2 en menos de un mes. Mayo, el mes de las flores, ha sido este año el mes de las Coronas de Flores. Las últimas las que han acompañado a Ismael en su último viaje a Cuenca. Otro amigo que se nos escapa sin haberlo visto venir. Y es que en nuestro afán mundano de intentar quitarle importancia a los hechos a veces nos pasamos y no somos conscientes de la auténtica realidad. Por eso no esperábamos que nuestro querido amigo de tertulias y compañero de tantos lustros estaba a punto de acompañar a Manolo. Parece como si hubieran quedado con los ángeles y no quisieran faltar a la cita. Recuerdo que Manolo desde el hospital habló con él: Hola Isma, y tú cómo estás? Cuando colgaron parecía como si tuvieran apalabrado que los dos se verían pronto en la nueva dimensión atemporal. Y así ha sido. A partir de ahora, las abejas de Cuenca deberán buscar alguien que las cuide, aunque yo sé que ese alguien está echándoles un ojo de vez en cuando para que no les falte de nada. Para que sigan produciendo la miel que endulza nuestros momentos más amargos. Esa miel que con cariño y esmero preparaba Ismael y que nos traía de vez en cuando para deleite de nuestro paladar. A ese amigo que se ha escapado de forma furtiva, pero con los deberes hechos, le pido que vele por Conchi, que de golpe se ha visto en una situación para la que no estaba preparada. Que le diga, al igual que nosotros que no está sola. Que entre todos la ayudaremos a pasar este mal trago. Y que la esperas al final del camino. Que tú serás su luz aquí y en el más allá. Amigos Ismael, Manolo, Marce y José Manuel, os seguiremos recordando cada vez que nos juntemos a comer o a lo que sea. Y mandad de vez en cuando alguna señal si veis que nos despistamos....Cuatro abrazos fuertes desde la tierra.