martes, 25 de octubre de 2022

Los nuevos tiempos

 

Hace un par de años se escuchaba un mensaje extraño en los medios de comunicación. Tras encontrarnos de lleno inmersos en una situación jamás antes imaginada, la frase más repetida desde los poderes era que una vez que todo pasara recobraríamos la normalidad. Pero no la que teníamos y conocíamos, sino una "nueva normalidad", Y algunos inocentes como el que esto escribe nos quedamos tan solo con la frase, sin pararnos a pensar lo que se ocultaba tras esas dos palabras. Y es que detrás había todo un proyecto de transformación, tanto del comportamiento individual como colectivo. Ahora nos podemos dar cuenta del alcance real. Si alguien estaba pensando en que el tema se quedaba en la utilización de los bozales estaba tan equivocado como yo. Eso no era más que un señuelo para jugar al despiste generalizado. El trasfondo del cambio se escondía bien tapadito para que nadie lo pudiera ver a primera vista. Todo formaba parte de una grotesca mascarada escondida tras las apariencias. Y fuimos muy torpes para no darnos cuenta de que donde esté el ser humano no hay que fiarse ni un pelo. Todo está disfrazado y oculto, pero con el tiempo, y gracias a que algunos nos hacen despertar del ensueño vamos descubriendo el verdadero alcance de los cambios. En los últimos años hemos hipotecado gran parte de nuestros derechos y libertades sin darnos cuenta, entretenidos con las memeces televisivas pero sin profundizar en el meollo de la cuestión. Y aquí nos encontramos ahora, sin saber cómo actuar en las situaciones más comunes y cotidianas. Todo lo que gira a nuestro alrededor parece igual que antes, pero no. Ahora gira en otro sentido. Nuestras costumbres más cotidianas ya no son las mismas. 

Y para darnos cuenta del cambio de costumbres, un ejemplo. Ahora no puedes acceder a tu entidad bancaria, o a cualquiera de las múltiples actividades diarias sin "cita previa". Y evidentemente esa cita siempre has de obtenerla mediante la conexión a internet, bien desde un ordenador o a través del móvil. Y es que ahora la tecnología nos ha comido el terreno y somos incapaces de hacer ni lo más básico si no tenemos el artilugio inteligente entre las manos. Cualquier empresa moderna bien privada o pública dispone de propio portal web al que sí o sí debes acceder apara cualquier gestión. Lo que antes se hacía con una simple llamada telefónica ahora se convierte en una gran hazaña, si es que se consigue, claro está. Porque la tecnología que nos invade, lejos allanarnos el camino y facilitarnos las cosas se ha utilizado para otros fines. Sin ir más lejos, el famoso teletrabajo que tanto nos entusiasmó en un primer momento se ha vuelto en una trampa de dimensiones insospechadas, salvo para los dirigentes de las empresas. Con tal medida se han ahorrado un montón de puestos de trabajo y han suprimido muchos servicios, lo que para la cuenta de resultados puede haber sido rentable, pero en detrimento de nuestros hábitos y libertades.  Y nos lo han sabido vender como algo bueno pues decían que facilitaba la conciliación familiar. Y en el fondo para lo que sirve es para que desde el domicilio rindas más y trabajes más horas que por supuesto no vas a ver reconocidas. Y eso implica que son necesarias menos personas. Menos costes de infraestructuras y servicios por el mismo precio.

Y este ejemplo lo podemos aplicar a cualquier actividad que imaginemos, por simple que sea. Y es que como decía antes, donde esté el ser humano y su afán de ambición de poder y dinero los límites se han borrado de un plumazo. Nuestros derechos se ven mermados poco a poco sin que seamos conscientes de ello hasta que un día te paras a pensar en algún momento pasado y el actual y te das de bruces con esta nueva realidad que ni en la peor pesadilla de tus noches hubieras soñado. Y por supuesto eso son lentejas.... Y si discrepas de algo no te preocupes que para eso las leyes, órdenes y demás legislación ya lo tienen contemplado en algún parrafillo oculto. El caso es que siempre hay que tragar con todo y no rechistar, ya que si lo haces serás mal visto por los demás. O también te pueden tachar de negacionista, aunque no niegues nada, claro. Esto es lo que yo llamo una sociedad controlada y aborregada. Pero claro, esto solo es una visión personal que no tiene por qué ser compartida. Y podría estar horas y horas poniendo ejemplos y no habría suficiente espacio para ello. Pero me quedo ahí, sólo con estos ejemplos y con la esperanza de que poco a poco todos despertemos y reaccionemos ante tamaña mentira y manipulación. Siento una verdadera tristeza y lástima por el tipo de sociedad que nos están imponiendo, y por todos aquellos que de alguna forma se han visto y se verán perjudicados por estos cambios. Pero supongo que todo esto que digo es culpa de mi forma de pensar y razonar, y claro está, es mi problema y debo resolverlo yo. Y si no le encuentro explicación y sentido pues como dice el dicho: " Ajo y Agua". En fin, esto tiene mala pinta y peor arreglo. O sea que paciencia y esperar que pase de la mejor forma posible.