lunes, 28 de marzo de 2011

Casualidad

A veces uno se pregunta, y no sin perplejidad,  porqué algunos hechos acontecen en un momento determinado y no en otros como sería  previsible. No es fácil encontrar explicación, por lo que lo más cómodo es darse por vencido y encontrar la respuesta en el azar o la casualidad. Nuestra mente encerrada en la caja del cerebro no acierta a comprender las leyes sutiles que manejan los hechos a "su antojo". Hace muchos años, de joven, leí un libro que me dejó impactado, como todos los del mismo autor. Se titulaba "Nada es Azar", y era fruto del pensamiento razonado del padre de Juan Salvador Gaviota. El piloto Richard Bach se embarcaba en la aventura de descubrir quién movía los hilos de nuestro devenir, para concluir que todo sucede porque así debe ser, aunque en un primer momento no sepamos el por qué. Fascinante es comprobar cómo puedes estar pensando en alguien y en ese preciso instante recibir una llamada de la persona en cuestión. Quizá es nuestra propia mente, y la energía poderosa que ésta genera la que propicia la realización de ciertos acontecimientos sin que seamos conscientes de ello.
Jung y otros autores ya trataron el tema de la casualidad, el azar y la sincronicidad. Para mí no deja de ser una experiencia inquietante y sorprendente día a día. Es cuestión de ver más allá de la pura superficialidad y estar atento a lo que sucede a nuestro alrededor en cada momento. Pienso y creo, porque las evidencias así me lo han demostrado, que en esta vida, y quién sabe si en otros universos paralelos, todo obedece a algo. Lo cual también me hace reflexionar sobre el libre albedrío. ¿Es el ser humano libre para ir trazando su camino paso a paso o por el contrario todo está escrito y predeterminado?
De momento no tengo respuesta cierta a esta cuestión, pero hoy por hoy me inclino a pensar que todos nos dirigimos hacia una meta, si bien  para llegar a ella podemos ir trazando las curvas del camino a nuestra elección. 
Dejo estas reflexiones en el aire para invitar a todo el que quiera plantearse su vida diaria de otra manera...

domingo, 27 de febrero de 2011

Cambio de velocidad

Faltaba la última estupidez, mejor dicho la penúltima, para que nos demos cuenta de la forma en que quieren controlarnos los malos dirigentes que tenemos que aguantar.
Y lo han hecho rebajando el límite de velocidad en autopistas y autovías, con lo que ahora la agujita del velocímetro se tendrá que quedar más abajo y no sobrepasar la marca prohibida de los 110 km. / hora.
Con esta medida, dicen que ahorraremos combustible, que por culpa de Libia se va a poner por las nubes. A mí me suena a afán recaudatorio total, ya que no hay un duro para nada pues se lo gastan en dilapidaciones innecesarias para satisfacción propia.
Teniendo en cuenta que el responsable nacional de tráfico no tiene ni carnet de conducir, o sea, no sabe cuando un vehículo consume más o menos, y que su propio chófer es cazado llevando el auto oficial a más de 180 km., no cabía esperar una decisión más imbécil e irracional.
A esto hay que sumar la pretensión de limitar la velocidad en ciudad a 30 km. en vías de un sólo carril por sentido. 
O sea que España con 5 millones de parados sin vías de arrancar en mucho tiempo, ahora también se ralentiza y para en el terreno circulatorio. Así todo se para y sólo nos moveremos cuando el gran hermano que todo lo controla nos lo indique y permita.
A esto llamo yo un país moderno y dinámico que quiere avanzar y progresar para estar a la altura de los demás.
Otra idea genial como la de las bombillas de bajo consumo. Aquí lo único que alcanza límites más altos son los nervios de los sufridos ciudadanos, que poco a poco nos los van poniendo a más  100. Y seguimos tragando....

domingo, 13 de febrero de 2011

El Plagio

A estas horas del domingo, contemplo desde mi refugio cómo la televisión y la radio, medios de comunicación por excelencia, dedican sus noticiarios a una gala de entrega de premios al cine español. Lo llaman los Goya, y parece que tratan de premiar las películas hechas en nuestra patria en sus diferentes apartados.
He de decir, lo primero, que no me interesa en absoluto el cine que se hace en nuestro país, por diversos motivos. El primero de ellos es que lo veo siempre cargado de ideologías baratas, como si todo en esta vida se tratara de establecer diferencias, virtudes y defectos de una y otra parte.Y además lo pago yo a través de las consabidas subvenciones otorgadas sin mi consentimiento.
Por otro lado, encontrar una película diferente, con argumento interesante y de cuyo visionado salga uno con alguna idea interesante en la mente, es realmente difícil. La mayoría abundan en la chabacanería, con "actores" que probablemente nunca pasarán por una escuela de arte dramático, sin conocimientos de interpretación la mayoría de ellos y con excesivo afán de lucirse para convertirse en figuras de un mundo cada vez más mediático, donde prime el culto al cuerpo por encima de otros valores.
Hay otras razones: precio, ubicación de las salas, etc... de las que prefiero no hacer un simple comentario.
En cuanto a los famosos premios, ni que decir tiene que como siempre en este país están copiados de los famosos Oscar americanos. Aquí siempre copiamos, ya que no tenemos ideas ni iniciativas propias. Siempre copiamos sin mirar ni pensar, y claro, copiamos lo bueno y lo malo. La ley de educación, los premios al cine, y tantas cosas más.
Pero se nos olvida que esto no es América, ni Francia...ni Alemania. Nosotros somos España y no todo lo que viene de fuera es trasladable a nuestra cultura. Mientras sigamos importando, no innovaremos y no seremos nada por nosotros mismos. Viviremos siempre del plagio y del dictado de los que nos sacan ventaja en muchos terrenos.
Eso sí, mientras haya dinero para dilapidar, que siga la fiesta y que no pare... Este es mi país en estos momentos, y parece que lo será durante una larga temporadita... O a lo mejor no. Quién sabe si mañana lunes nos da por cambiar. Ojalá..... aunque me parece que ciertos milagros son bastante difíciles ....

lunes, 7 de febrero de 2011

Nueva seguidora

Desde el pasado día de la Inmaculada hasta hoy no he escrito nada en este cuaderno de bitácora. Y no porque no me apeteciera. Más bien al contrario, pero los temas que la actualidad me pone delante no me inspiran muchas letras. Y en todo caso, no buenas, precisamente.
Pero hoy es distinto. Hoy he comprobado que tengo una seguidora... Como suena....
Por fin alguien conocido se une como fan de este simple blog. Es mi querida sobrina y para ella especialmente me pongo manos a la obra y machaco las teclas intentando que la inspiración me dicte algo sobre lo que desparramar un comentario. 
Esta tarde, al salir del curro, hace un rato, un compañero me ha preguntado en la calle si conocía a un sacerdote que responde al nombre de Padre Fortea. Claro que le conozco, respondí extrañado...Es un cura que se dedica en España ha realizar exorcismos, y bastante riguroso en su tarea. He leído algunos reportajes sobre él de vez en cuando en esas revistas que suelo comprar y que tratan de temas poco comunes...
Al preguntarle de qué le conocía me comenta que ha leído algo sobre él en internet y que le ha dirigido una pregunta a través del correo electrónico... La pregunta en cuestión es fácil, de hacer, claro. No de responder.
" Explíqueme, padre Fortea, que es eso de que Jesús y Dios son la misma persona." No lo entiendo...
Parece que la respuesta no era sencilla en absoluto.
En este punto hemos dejado la conversación para otro momento en que el tiempo nos conceda más minutos para charlar, divagar o quién sabe si encontrar la solución a tal misterio. Mientras tanto, tenemos una cuestión en la que pensar cuando la rutina diaria abandone nuestra mente y nos deje libres para pensar en esta o otras cuestiones parecidas. Siempre será más interesante que hacerse eco a todas horas de las estupideces que tenemos que aguantar en los medios de comunicación y en la calle.
Hasta la próxima, y bienvenida al blog, Ester.