sábado, 27 de julio de 2013

De Luto

Otra vez, y en verano, la tragedia nos asola. En esta ocasión ha sido mediante un accidente ferroviario. Hace 5 años, por medio de un avión estrellado en Barajas.

Ha sido necesario dejar pasar unos días para poder sentarme, ya que las imágenes y testimonios impactan como proyectil directo al corazón de los seres humanos. Ver el destrozo humano producido por el accidente, tanto en las víctimas mortales como en los familiares y allegados es algo que desgarra el alma por dentro haciendo que cualquier persona de bien se conmueva en los más intimo. Ayer mismo, viendo las imágenes por enésima vez noté caer una lágrima por el rabillo del ojo, y me dí cuenta que estos acontecimientos y muchos otros me siguen afectando aunque no quiera reconocerlo de cara al exterior. Uno pretende mantener el tipo de puertas afuera y sin embargo a solas los verdaderos sentimientos aparecen sin poder esconderlos. 

Hay varias cuestiones que no me gustaría dejar pasar. La primera de ellas, mis condolencias desde aquí a los familiares de los fallecidos, por encima de todo, y desearles que lo superen en la medida de lo posible, a sabiendas de que es casi imposible que lo hagan. Un hecho trágico como el sucedido marca para toda la vida, ya que el final de los que se han ido no ha sido por causa "natural". Gente joven, mayor, niños.... todos han encontrado su destino final al mismo tiempo. Se han unido en el último viaje, cuando muchos de ellos ni se conocían entre sí. 

Es difícil entender por qué suceden ciertos eventos, que los provoca o cómo se gestan de la nada. Ahora no tiene sentido alguno buscar responsabilidades en nadie. Ni siquiera en el maquinista, que no ha querido prestar declaración de momento. La respuesta es posible que se encuentre en el interior de la caja "negra" (marrón) del tren. Aún no se sabe por qué a estas horas, dos días después del luctuoso accidente, aún no ha sido abierta o investigada. O, al menos eso es lo que se traslada a la opinión pública.

Ya no importa, sino para saber las cusas mismas del fallo. Si es humano, entra dentro de lo posible, ya que no somos perfectos. Nadie debería pensar en la intencionalidad del conductor en llevarse la vida de tantas personas. Pero por si acaso, las autoridades se han apresurado desde el mismo instante del golpe en asegurar que la infraestructura y el convoy se encontraba en perfectas condiciones. Es más, y como siempre, el tren acababa de pasar días antes la revisión oficial y no se detectó fallo alguno.

Me canso de oír semejantes sandeces que lo único que pretenden es salvar la cara de los políticos y buscar un chivo expiatorio que cargue con el mochuelo. Así la opinión pública, tan ansiosa de morbo y venganza siempre se queda satisfecha teniendo alguien a quien condenar, con o sin motivo. No me gustaría estar en la piel del maquinista, pues le auguro un futuro negro, además del que ya sienta por dentro a raíz del resultado trágico.

Me da lo mismo si iba a 190 kms. como si no. Los accidentes ocurren ( y demasiado poco, para lo que el ser humano se arriesga) y por eso se llaman accidentes. Porque no suceden de forma rutinaria ni programada. Porque hay algo que no controlamos y que se llama "AZAR". Nada de lo que el hombre construya está exento de fallo. Por tanto, lo único que cabe esperar es de la investigación que se haga, se obtengan conclusiones que nos ayuden a mejorar en lo tecnológico. Pero también en la parte humana.

Los únicos que saben la verdad, en otra dimensión, son los que han abandonado esta tierra. Ellos entienden por qué ha sucedido todo, pero no están aquí para contarlo. Todo lo demás, conductor incluido, son los medios que la naturaleza utiliza para que el destino se cumpla. Descansen en paz las víctimas y ojalá cambiemos nuestro punto de vista frente a estos hechos. Ya sabemos que el azar no existe.....y Dios no juega a los dados.....

domingo, 21 de julio de 2013

The Come Back (El regreso)

Han pasado más de dos años y el cuerpo y la mente pedían a gritos volver a escribir. Me he resistido a mi pesar, pero sabía que no podía demorarlo más. En la última entrada hablaba de fenómenos que a diario se escapan a nuestra atención. Precisamente porque no prestamos la suficiente.
Ahora, con la perspectiva de estos años alejado de muchas cosas y de mucha gente,  constato y confirmo que hay cosas para las que no tenemos respuesta inmediata y que sólo encontraremos su verdadero y profundo sentido con el avance inexorable del calendario. Lo que yo he vivido en la última época no es fácil, y probablemente no se lo desearía a nadie. O sí... Porque detrás de lo aparente hay algo que no vemos. No ha sido fácil, y ha tenido su hipoteca. He tomado decisiones que no tenía planeadas, aunque alguien, no pocos, piensan lo contrario. No voy a entrar en ello, ya que cada uno es mayorcito para saber distinguir la verdad de la verdad inventada para justificacion de otros. Entre esas hipotecas está la de haber sido crucificado por seguir mi vida y saber romper con ciertos tópicos establecidos. Sin embargo, me queda el reconocimiento de los que de verdad han entendido que  las decisiones que he tomado, no solo eran acertadas, sino que por haberlas tomado yo, tenían más valor. 
No voy  dar más vueltas a aguas pasadas. A partir de ahora, retomo la pluma digital y me dispongo a seguir relatando cualquier cosa que me mueva por dentro. Aunque a nadie o a pocos le interese. Creo que en alguna publicación anterior he mencionado que mi debilidad por la escritura va más allá de lo que parece.
Seguimos en la brecha y nos vemos en breve.