El avance tecnológico de nuestra sociedad de consumo no tiene freno, de ahí que cada vez dependamos más de sus inventos y se nos hagan imprescindibles en el día a día.
Los coches por ejemplo, son un verdadero indicador del avance de nuestra economía, ahora tan de moda por la mal llamada crisis. Cada vez nos comercializan vehículos más "inteligentes y seguros", que "contaminan menos" y nos ayudan a cuidar la naturaleza y el medio ambiente.
Pero aún así, todavía hay muchas personas que no pueden acceder a un vehículo de última generación dado su elevado precio. Y acabo de decir que contaminan menos, cuando está muy reciente el escándalo alemán, por el cual nos has engañado a todos sobre el índice de emisiones de los vehículos modernos.
Pues ahora resulta que después de hacer un gran esfuerzo como ciudadano, comprar un vehículo moderno que contamine menos, pagar los elevados impuestos (el de circulación, sobre todo), resulta que cuando la naturaleza se ceba con nosotros y decide condenarnos a una temporada de sequía, para mantener los niveles de CO2 o lo que sea, se nos impone una reducción de la velocidad en la M-30 y entradas a la gran capital, como mejor y sabia solución de los malos gestores municipales.
Estoy de acuerdo en que parte de la flota móvil madrileña está obsoleta, aunque en realidad no debe estarlo tanto ya que vehículos muy antiguos te los encuentras día a día circulando y en teoría han debido pasar la tan dichosa revisión de la ITV. No me creo que esas antigüedades rodantes hayan sido objeto de inspección en mucho tiempo. Pero ahí siguen, circulando sin que la autoridad pública adopte medidas contra sus propietarios e inmovilice el vehículo.
Por otro lado, la contaminación que sufren nuestras grandes ciudades no se debe única y exclusivamente al uso del vehículo particular en absoluto. Siguen existiendo muchas empresas que lanzan al aire lo que les viene en ganas, calderas de comunidades de vecinos que efectivamente deberían ser sustituidas por otras de menor emisión de elementos nocivos, etc...
Pero claro, esas medidas no se adoptan por no interesar a los gestores ni a los responsables. Es más fácil ser demagogo y transmitirle a la población que son culpables del indice de contaminación y que como tales culpables han de pagar su penitencia.
No utilizo habitualmente la Calle 30, pero cuando he circulado por ella de vez en cuando, la velocidad del tráfico nunca llegaba al límite de 90 kms. ya que continuamente estás en un arranca - para de no te menees. Eso sin embargo parece que no contamina y que el problema se soluciona mediante la bajada de un límite ya de por sí inalcanzable. Otra de las medidas adoptadas de sopetón, con nocturnidad y sin previo aviso es la prohibición de aparcar en la calle, no la de circular por la ciudad, en las zonas habilitadas en el centro de la ciudad previo pago abusivo de las tasas correspondientes.
O sea, para que lo entendamos los idiotas, lo que prohíben es aparcar, pero nos dejan circular. O lo que es lo mismo, que nuestro vehículo cuando más contamina es cuando está parado y no cuando el motor está en marcha. Eso sí, si encuentras un parking privado no rige la polémica y estúpida medida. Lo pagas y y todo permitido al instante.
Como se ha podido comprobar las medidas han durado un máximo de 48 horas para volver a suspenderse porque como han sido tan efectivas, los índices de contaminación han bajado de forma inmediata.
Es decir que han querido saber cómo de impopulares, además de estúpidas, eran las decisiones adoptadas y cuando lo han comprobado se han vuelto atrás. Habría que pensar en otros medios de transporte urbano - interurbano de calidad, que fueran rápidos y eficaces y que no contaminaran.
Por desgracia, el ciudadano que está condenado a su utilización diaria sabe de su sufrimiento. La flota de trenes y autobuses no está dimensionada para la multitud de personas que la utilizan, y en determinadas franjas horarias no puedes prever lo que te va a llevar realizar un trayecto, por corto que sea.
Por tanto, que nuestros políticos se dejen de imbecilidades y se pongan a trabajar en serio, que para eso les pagamos el sueldazo con nuestros impuestos (y ellos siguen en sus cochazos) y dejen de tomarnos por idiotas. Medidas y soluciones hay. Tan sólo hay que dejar de mirar sus intereses económicos y políticos y pensar un poco más en los ciudadanos, que somos los que los mantenemos en la poltrona, aunque sean unos inútiles graduados. Y algunos, hasta han hecho un máster.